Perdón. Por tres motivos. El primero por empezar una entrada pidiendo perdón; eso convertirá esta entrada en desechable en el primer vistazo... pero no seáis tímidos, ¡que aun quedan dos perdones y algún tipo de conclusión!
El segundo perdón se lo pido al señor que se sentó en 59'' entre Labordeta y Calleja, y justo enfrente del director de 20Minutos. Le pido perdón por no recordar ni su nombre ni el medio en el que trabaja. Es una putada que hablen de ti sin documentación, bibliografía o una triste fotografía pero... en Siberia a veces pasa eso (y cosas peores).
El tercero, es el titulo. Obviamente la derecha no es revolucionaria pero... al menos sabe en que mundo vive. En su mundo; y cuando digo en su mundo digo en nuestro mundo hecho a imagen y semejanza de ellos, de los de derechas. Y eso ellos lo saben. Lo triste es que los demás parece que no lo han entendido del todo.
Tras los perdones, viene la explicación a esta chocante introducción. Os pongo en antecedentes. Estaba yo viendo 59'' en el momento exacto en el que hablaban de la nimia (va por ti Cero) pensión que le ha quedado al majo este que trabajaba en el BBVA, Goirigolzarri. Todos, los contertulios, tenían las manos puestas sobre la cabeza hablando de inmoralidad, de falta de estética e incluso alguno blasfemo hablando de injusticia. Todos a excepción del caballero al que le reitero el segundo perdón que pedía y que ruego me lo conceda. Este hombre, el mas derechoso de ellos, lo tenia claro. No existe mal en que el del BBVA se lleve ese pastizal; o al menos no lo habrá hasta que la Asamblea de accionistas, diga que lo hay; decía el hombrecillo misterioso. La libertad de empresa y el capitalismo significa eso: Una empresa privada hace lo que quiera, respetando los mínimos, con su capital; si no les gusta, cambienlo, pero es lo que hay; sentenció el hombre sin nombre.
Lo mejor de todo: tiene mas razón que un santo. Ponerse las manos en la cabeza por este asunto, es ponerse las manos en la cabeza contra el capitalismo, es afilar las bayonetas. Y si no lo es, entonces es que algo falla. Y falla la percepción de que el capitalismo es algo bueno, bonito -y si hablamos de despido, generalmente-, barato. No lo es, y quienes luchan por "mejorarlo", están -como dijo Lenin- condenados al fracaso. El único arreglo al capitalismo es su destrucción. En esas indicaciones apuntaba el señor desconocido. ¿Seremos capaces de hacerle caso o, al menos, de ser coherentes con el sistema que cada uno de los ciudadanos -incluidos los mercenarios del Word de oficina que se sentaban en la misma mesa que el tipo de cuyo nombre no me acuerdo- queremos? No nos pongamos las manos en la cabeza, afilemos bayonetas.
3 comentarios:
Bien lo de nimio, aunque si es triste lo del hombre misterioso del segundo perdón, lo mio igual... que hablen de ti en la blogosfera ¡¡y que no te enlacen!! jejejejeje
por cierto, muy buena al entrada, menudos fariseos, se escandalizan del sistema que ellos mantiene día a día.
Es la falta de costumbre... sé que en tu bondadosa piedad hallaré el perdón, pero... mejor si me redimo por mi mismo del pecadillo (prometo, no volver a errar jejeje).
Así me gusta ;-)
Publicar un comentario