Economía de la Empresa II - Los tamaños de las empresas

Seguimos hoy con la lección. Esta vez toca hablar sobre el tamaño de las empresas (aunque no exclusivamente de ello). También hablaremos de la función del Estado en la economía.

Empezando por el principio, me ha llamado poderosamente la atención como todo en esta vida es una empresa. Una reunión de amigotes puede ser una empresa (bueno, una microempresa mas bien) siempre que sean menos de 10 personas y su volumen de negocio no supere los 2 millones de euros. Dicho así, tomar cañas en el bar de la esquina, es una microempresa. Lo mas destacado de esto es que, tras una larga lista de impedimentos económico-técnico a los que tiene que hacer frente las PYMEs, resulta que crean en mi ciudad, Granada, ¡el 98,9% del empleo! Son las que crean verdadera riqueza mientras que las grandes empresas se dedican a asfixiarlas con economías de escala, mayor capacidad de planta y tecnológica... y lo Estados mientras tanto miran para otro lado en el mejor de los casos, o simplemente se subordinan a estas grandes empresas. Las grandes empresas son dueñas y señoras del mundo. Y así se dice en mi manual al indicar que:
"Existen determinadas actividades, fundamentalmente agrícolas, en que la producción se realiza en pequeñas unidades, mientras que la comercialización y distribución de los productos exige la constitución de grandes empresas que no serian rentables en tareas de producción" es decir, que el agricultor siembra a X precio; y la distribuidora vende a 300X precio. Parece que ya el precio no es tan espontáneo como ayer sugería este mismo manual, ¿no?

Ahora, entrando de lleno en "El Papel del Estado en la Economía" se nos dice que su objetivo fundamental es doble (hemos desechado la teoría liberal por considerarla en si misma una teoría desechable), por un lado velar por el cumplimiento del óptimo paretiano -es decir, que si alguien sale beneficiado nadie salga perjudicado (¿magia? no, óptimo paretiano)- y que actúe donde el sector privado no quiera actuar. Es decir, que por un lado se le pide lo imposible -hasta un niño (Pareto no, pero un niño si) sabe que si alguien sale beneficiado es porque otro alguien es perjudicado- y por otro se le pide subordinación a los poderes privados. ¡Lo publico por debajo de lo privado! ¡Eso se nos enseña en las facultades! Somos hijos del capitalismo, y se nos enseña a no ser hijos rebeldes, ni siquiera con inquietudes. Se nos obliga subliminalmente a obedecer y a partir de premisas ya formuladas; se nos enseña una realidad estática predeterminada. Lo mejor de todo, es que esa realidad es la que ellos quieren que sea, es decir, la que ellos predeterminan que debería ser. Es insultante.

Prometo seguir indignándome en mis estudios. Mañana (o esta tarde) más.

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