¿Hacia dónde caminamos?

Ayer escribía en este mismo sitio una pequeña reflexión sobre a dónde va este movimiento de los indignados. Hoy tomo tribuna para proponer hacia dónde ir.

Si este movimiento no comienza a proponer nada concreto (sí, democracia participativa está muy bien pero... ¿cómo?) probablemente muera. Y este movimiento no debe morir; no es un movimiento electoral, hay que seguir cada día a las 20.00 tomando las plazas; 21, 22, 23... hasta la victoria.

Tengo claro que, o se logra alguna victoria medianamente inmediata que mantenga la ilusión y el ánimo del éxito de la mani y de los logros de la resistencia en las plazas (la extensión del movimiento por toda Europa, por ejemplo) o vamos a tener que empezar a decir exactamente qué queremos y luchar por ello como método de motivación para la movilización, porque de lo contrario se corre el riesgo de acampar y sólo acampar.

Bajo mi punto de vista, hay una serie de puntos clave que, en el momento actual, no podemos pasar por alto. Hay, en el corto plazo, que luchar por cuestiones reformistas y comenzar a repensar la posibilidad revolucionario-democrática.

Me explico:

El movimiento tiene que apostar, como reivindicaciones inmediatas, por:

- Impago de deuda pública y privada a los especuladores.
- Reforma del sistema electoral hacia una representación proporcional y que otorgue eficacia en forma de anulación de comicios a los votos en blanco.
- Retirada completa de la reforma de las pensiones
- Retirada completa de la reforma laboral
- Fin de las ayudas públicas a la banca privada y consecución de una banca pública.

De este periodo lo lógico es aglutinar fuerzas en pos de un esfuerzo común, traer la democracia a nuestro país y a Europa. Pero tras las exigencias y el logro de esto debemos seguir caminando. ¿Hacía dónde? Sólo el tiempo y la ciudadanía lo decidirá. Mientras tanto, a construir y crear poder popular. Sólo un movimiento amplio y plural puede devolvernos la democracia, si es que algún día la conocimos.

1 comentarios:

José Antonio Vega dijo...

Antes de hablar acerca del camino que yo creo que debe seguir la manifestación permíteme aclarar lo que para mí es la misma.

La manifestación que los españoles estamos viviendo actualmente es una manifestación minoritaria, una aclamación por la democracia de minorías del pueblo cuyo intento ha sido que el resto del pueblo se una; lo que no ha sido posible debido a la extracción social de estas personas. A mí me hubiese gustado ir a Granada a la manifestación y ver a mi profesor de todos los días, a mis vecinos, a los trabajadores de la empresa del amigo de mi padre y a gente habitual del pueblo y sin embargo sólo veo una clase. A pesar de que algunos se han unido los intentos no han sido satisfactorios. Desde mi punto de vista, una vez más, el sistema ha triunfado.

Una vez explicado esto, cumpliendo lo dicho anteriormente prosigo con la forma con la que me gustaría que esta manifestación evolucionase.

En mi opinión la manifestación debe mantener su modesto manifiesto ideológico pues la idea ha de ser común entre todo el pueblo para que todos nos sintamos identificados y acudamos. Sería un gran error si ahora se sumasen ideas claramente de izquierdas a la ideología de la manifestación pues sería darle la razón a la derecha, que parece que quiere impedir una democracia real. Ellos dicen que la manifestación es de izquierdas y que es de los 4 gatos que estáis en IU y en grupos parecidos intentando que el pueblo no se identifique.