Tesis, antítesis y Síntesis

Ha pasado ya el periodo prometido y es el momento de ponerse al tema, que si no mis comentaristas (que son pocos, pero buenos), se me echan encima. Y yo que siempre cumplo un pacto cuando es entre caballeros, tenía que escribir esta entrada, la ultima si Kike lo permite.

Echando un poco la vista atrás, comentaba yo el por qué de mi filiación comunista y el por qué de luchar por ese ideal. Entre otras cosas que hice mal, fue escribirlas en tono negativo. Es decir, que es comunismo pero no desde las afirmaciones sino de las negaciones. En lugar de decir comunismo es vida, me deslicé y dije que comunismo no era muerte.

Ese tema, el de la muerte y las purgas, que llevamos encima como un costalero lleva a su imagen, requería por mi parte una contundente condena hacia ellas y así lo hice. Quizá no fue la mejor manera, pero sin duda escribí tal como lo sentía.

Ese tema – y el de mandar a Lenin lejos del Hall de la Fama de los rojos del mundo – pues levantó ampollas. Ampollas que respeto y entiendo. Debo concluir que me excedí. A estas prontas alturas de mi vida reconozco no ser nadie para dar carnet de comunista. Y me excedí en el sentido de que apliqué un método idealista para definir el comunismo, alejándome de concepciones materialistas y poniendo como un ideal totalizador (casi en un altar) el concepto de comunismo.

Mantengo sin embargo que Lenin (sí, he cogido a Lenin como cabeza de turco, pero que le vamos a hacer, ya que atacas a alguien, ataca al más grande), no cumplió los requisitos para pertenecer a la saga de los más grandes comunistas, en sentido ideal. A mi juicio hacer una revolución no es ganarte el pase directo al cielo de los rojos. Lo importante es qué revolución. Y la revolución de Lenin, a pesar de ser de lo mejorcito – organizativa y políticamente hablando – fue bastante precaria en términos humanos tal como hoy podríamos entenderlo. No quiero con ello decir que Lenin actuase como un mal comunista en 1917 o 1921. Quiero decir que actuaria como un mal comunista en 2010. Para lo que había, quiero decir, no lo hizo “mal”. Para lo que hay hoy, sí.
Sin embargo eso no excusa que Lenin tenga la responsabilidad que se deriva de su actuación respecto de los derechos humanos (y no los derechos de la ONU o de 1789). Hablo de los derechos humanos en sentido estricto e ideal: lo que todos, de una forma más o menos colectiva, pensamos que son los derechos humanos. Y que, para mi gusto todos quedan condensados en uno solo: la dignidad. Vida digna, comida digna, salario digno, vivienda digna… Ese es el verdadero ideal de comunismo para mí. Y Lenin se olvido de eso. Es cierto que las circunstancias eran diferentes, pero no es eximente de no haber orientado la revolución y sus acciones hacia ese ideal colectivo de derechos humanos.

Soy una persona muy de Anguita, y recientemente hubo problemas también con ese aspecto. Es algo que, a día de hoy –no ya en 1917, sino hoy- me cuesta entender que genere controversia. Sé que tú no eres un asesino vil y sanguinario y que tan solo intentas aportar un poco de contextualización histórica y material a mis juicios más basados en el terreno de lo ideal. Pero la verdad, Kike, es que el problema que circunda el comunismo es que cuando se hable de derechos humanos, nos tengamos que referir a un ideal y no a una realidad material. Debemos, para hablar de derechos humanos, mirar nuestra historia y denunciar lo que no nos gustó de ella.

Aceptar que nos equivocamos – como sin duda alguna también se equivoca el capitalismo – e impulsar un discurso que construya una respuesta a esa equivocación. De los errores se aprende, y nosotros los comunistas hemos aprendido mucho. Pero para aprender de los errores muchas veces debemos quitarnos la venda y mirarnos en un espejo. Solo así podremos mirar hacia delante con la conciencia limpia y tranquila.

Camarada, hagamos grande al Partido. Hagamos grande el comunismo.

8 comentarios:

Edu dijo...

Tengo curiosidad por ver tus enmiendas al congreso ;)

Javier Lázaro Sanz dijo...

¿Es realmente la síntesis, o sólo un paso más en el proceso dialéctico? Bueno, da igual: mientras se avance en ese proceso, aprenderéis el uno del otro (al menos esa es la teoría, espero que funcione).

Yo no soy comunista más que nada por ignorancia. Marx me parece un pensador profundo y muy interesante, pero El Capital asusta (en una ocasión me leí un libro que lo resumía en unas 200 páginas, que me pareció interesante en algunas partes y un ladrillo en otras). Desde mi ignorancia, yo creo que Marx (que me corrijan si me equivoco) plantea el materialismo como una herramienta para entender la situación presente y la dinámica de la historia, y por consiguiente ser capaces de transformar la realidad. Lo cual está muy bien. Pero hay algo más. Llamémoslo idealismo, moral, o como queramos, pero si el fin último de la filosofía marxista es cambiar las condiciones de vida de la humanidad, no se trata de cambiar por cambiar. Creo que detrás del materialismo (que nos daría el método) hay un idealismo (que nos daría el impulso). Vamos, que sólo podemos explicarnos el mundo tal como es recurriendo al materialismo, pero sólo podemos explicarnos cómo debería ser el mundo recurriendo a... otra cosa.

Vamos, que no es usted menos comunista por ser, a veces, cuando toque, idealista.

(Ya con Lenin no me meto, oiga, de momento tengo bastante con Marx)

Alejandro Solana dijo...

@ Javier: Nació como síntesis; pero obviamente, hasta que no obtenga respuesta no podremos afirmarlo. Lógicamente, no puede ser MI síntesis, sino LA síntesis. Kike, I'm waiting for you.

En otro orden de cosas, si al libro que te refieres es el de Gabriel Deville, entiendo que te parezca un muermo; realmente lo es, pero el Capital aun lo es más, muestra de ello es que, un servidor todavía no le ha echado el guante por miedo a "desenamorarse" del Marx del Manifiesto Comunista.

Respecto a lo del idealismo... es un tema demasiado sensible como para ser "resuelto" en un blog; Gramsci, por ejemplo, criticó la concepción materialista de la historia que otros marxistas tenían y otros le criticaron a él. ¿Como yo, desde Siberia, puedo sentar cátedra sobre ese asunto?

@David: No son gran cosa, la verdad es que os habéis currado los documentos. Políticas tengo una o dos y organizativas cinco o seis. Tu ya sabes que lo mio es más organizar a la masa para lograr objetivos que definir qué objetivos (aunque poco a poco voy creciendo como ideólogo ^^).

Javier Lázaro Sanz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Javier Lázaro Sanz dijo...

No... Diego Guerrero creo que se llama el autor del resumen de marras. No está mal, y la verdad es que se agradece cuando dice cosas como: "siguen veinte páginas donde Marx ilustra su concepto de (concepto marxista) con infinidad de casos concretos, tanto históricos como de su propia época".

(disculpen el comentario eliminado, se trata de una corrección)

Javier Lázaro Sanz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alejandro Solana dijo...

Ah, Diego Guerrero es uno de los imprescindibles. No lo intentes con Deville, porque ese sí que usa conceptos historicos (o prehistoricos incluso). Hay gente, a Deville le pasó en su resumen, que creen que acercar a Marx a la gente es decir lo mismo (con la misma complejidad con la que Marx hablaba) pero con palabras mucho mas amplias y alejandose bastante, en su simpleza, de los analisis de Marx. Pero en fin, para gustos, colores.

Javier Lázaro Sanz dijo...

Vaya, pues entonces parece que elegí bien. La verdad es que no tenía ni idea de qué resumen elegir... tan sólo quería aproximarme al Capital (o sea, a la obra cumbre de Marx, porque ya me he resignado a que me esquive el capital como "Hacienda, caudal, patrimonio" - acepción quinta de la RAE - y no digamos ya el capital como "Factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente el trabajo, se destina a la producción de bienes" - acepción octava) sin dejar la vida en el intento.