Mi primera vez

No me pienso poner a contar mis intimidades privadas. Sin embargo, sí contaré mis intimidades públicas. Ayer me estrené. No fué ni mucho menos como imaginaba, pero me gustó. No me lo curré como quizá debía habérmelo currado, pero al final lo hice. Fui a la Fiesta del PCE. Y costó llegar. 5 euros para ser exactos. Sólo fui un día, el sábado, porque a mi amigo (el que ponía el coche) le surgieron varios percances. Sin embargo, como digo, llegué.

La Fiesta me sirvió para comprobar por mis propios ojos que la propaganda contrainformativa se equivoca. Somos camaradas, y muchos. Cada uno con sus peculiaridades, pero gente seria, militante y formal. Ayer me sentí orgulloso de pertenecer al Partido Comunista de España por sus gentes, por el gran Marcos Ana, por mis compañeros y por mis camaradas, por el tipo que nos hizo los bocadillos para comer y por el notas que mantenía una extraña conversación monologada con El Cabrero (concierto impresionante, por cierto).

Cuando se te erizan los pelos al cantar, con unas 4000 voces más (voz arriba, voz abajo; es difícil contar gente dando saltitos), a capella La Internacional, te das cuenta de que no es sólo un himno, no es un recurso litúrgico: es La Canción. La tuya y la mía, la de los que queremos dar la vuelta a este mundo, a este sistema. Eso es La Fiesta; tu y yo aprendiendo y escuchando recursos con los que dar la vuelta a este sistema capitalista.

También se aprende en La Fiesta el porque de las escisiones, las luchas internas y las disputas varias. La culpa es de la comida. No es posible que te tires cuarenta y cinco minutos esperando para un maldito bocadillo (miento, eran dos) y que luego llegue alguien, el que esta justo delante tuya, y ponga a pedir cochifrito, pescadito frito, tortilla, un plato de queso y otro de jamón. Lo raro, ante situaciones como esta, es que no nos matemos. Pero salvando el hecho de que había mucho pedigüeño para tan poco cocinero, se puede decir que La Fiesta mola.

Mola porque los militantes están participativos, porque escuchan y hablan, porque comparten sus opiniones, debaten, analizan y sintetizan y lanzan propuestas. No somos vanguardia por el hecho de denominarnos así, pero sin duda llegaremos a serlo, porque hay militancia.

También tenemos históricos, gente como Marcos Ana, que con su ejemplo hace militancia. Esos son los imprescindibles. Luego tenemos otros, que hablan desde los escenarios; y poco mas. Cuando Marcos Ana hablaba, la gente escuchaba deseando aplaudir; con otros nos tenían que encender las luces.

En definitiva, eso es La Fiesta, esa es mi visión de La Fiesta. Una Fiesta de comunistas, de camaradas. Una Fiesta en la que uno se siente comunista, en la que se siente camarada. ¡Viva La Fiesta del PCE y las gentes del PCE!

4 comentarios:

ceronegativo dijo...

Por esa foto creo que estuvimos muy cerca, camarada :-) Felicidades por tu primera vez, creoq ue fue grandiosa!!!

Alejandro Solana dijo...

jajaja esa es la gran putada, que se me olvido la camara y esta foto es de El Mundo de vete tu a saber cuando xDDD.

Sin embargo se notaba tu presencia... es lo malo de no saber ni como eres ni nada. Solo he visto en persona (en video) a Hugo y en una foto a Javi, y yo buscandolos por la Fiesta -creo que Hugo no fue, por lo que encontrar a un Javi del cual no se ni su estatura era dificil-. Pero lo fundamental es que estuvimos.

Salud, y si no hay suerte, nos vemos en la proxima!

Anónimo dijo...

lástima no haberte visto. Un abrazo!!!

Alejandro Solana dijo...

No te has perdido gran cosa, pero lo poco que te perdiste por no haber tenido ese encuentro espero poder compensártelo compartiendo un ratejo de charla en algún próximo momento.

cuidate!